cuántas puertas dejamos sin abrir
sin darnos cuenta
que no tienen llave
que el candado no está allí
está oculto en nuestro letargo
cuántos mares dejamos de surcar
sin darnos cuenta
que la barca no está anclada al muelle
está encallada en nuestra sal
cuántos amaneceres dejamos anochecer
sin darnos cuenta
que la magia de la luz no se repite
y que mañana ya es tarde
...sin darnos cuenta
cuántas vidas dejamos pasar
olvidando
que ésta es
y no vuelve más…
Hermoso poema tocaya. Celebro no haber perdido la oportunidad de conocerte un poquito antes de que fuera demasiado tarde. Un abrazo desde Madrid.
ResponderEliminarGracias Silvia! Igualmente, este festival de poseía nos regaló mucho a todos los y las que participamos allí. Un abrazo desde este lado del oceáno.
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