A los hermanos de Haití, enero 2010
El clamor tiembla el alma.
No se ven las fauces,
sólo se siente el rugido.
No se espera el rugido.
Tarde como cualquier otra.
Esperanzas desmoronadas
en almas soterradas.
Sólo se siente el rugido.
No se espera el rugido.
Se convierte en escombros
la risa, la lágrima, el beso y el adiós.
Surge el silencio y
sólo se siente el rugido.
muy triste tema.
ResponderEliminarbesos
si reltih... abrazos,
ResponderEliminarsilvia
He sentido ese rugido, sé cómo suena..........muaaaa
ResponderEliminargracias Claudieta, se hace díficil este tema.
ResponderEliminarabrazos