Se hacen cómplices la noche y el día.
Es tanto el silencio que despierta,
de pronto susurra al oído: amanece.
A pausas se viste de luz,
Las siluetas cobran vida;
el pincel del tiempo borra las sombras.
Se sacuden los trinos,
despabiladas las plumas,
inician el jolgorio de la mañana.
No descansa la luz
acaricia y revela los colores,
se enciende otro día.
¿estabas pensando en mí cuando lo escribiste?
ResponderEliminarComplicidad es la palabra que más me suena ultimamente porque un cómplice me falló........¿qué pasa entonces entre la noche y el día?muaaaaa
Qué bien describes la sinfonía de ese despertar, la forma amable como el día desplaza a su noche. Besos amiga.
ResponderEliminarClaudieta... no sé si pensaba cuando escribí esto... disfrutaba ese instante hermoso entre la noche y el día.
ResponderEliminarAbrazo grande,
Gracias Clara, me encanta esa tranquilidad.
ResponderEliminarAbrazos,