Y hoy necesito cobijarme aquí,
entre estas letras mudas
que palpitan sueños y
regalan aliento.
Entre la fisura del tiempo y la pared
se hace tic tac la vida.
Las campanadas se vuelven mudas.
no hay horas en punto.
La vela encendida
se juega en la danza de las sombras,
mientras arde el pabilo
buscando a tientas el aire.
Esos ratos donde no encontramos un lugar para permanecer y entonces nos inclinamos a este delirio de escribir, un bálsamo que diluye de alguna manera las horas melancólicas y las transforma en letras poéticas.
ResponderEliminarSabes que me gusta mucho la melancolía y sus lugares comunes.
Un beso dulce sonrisa.
Daniel, las letras son siempre curita para todas las horas y especialmente para aquellas difusas...
ResponderEliminarMe alegra tu visita, un fuerte abrazo,
Siento el silencio bordeando el espacio y las palabras como mágicas apariciones que vienen a acompañarte. Bello amiga. Un abrazo.
ResponderEliminar