Te escondes agazapada en las tinieblas de las calles,
te desdibujas en el zarpazo de la violencia
y no te encuentro en la oscuridad de la sangre;
desapareces en el derroche de la pobreza.
Tres letras para buscarte, para encontrar tu forma,
me obligas a dibujarte con otras,
tres no alcanzan para llamarte
y el azar no ayuda para fabricar tu nombre.
Sé que no te puedo escribir con balas y con sangre,
se hace cuesta arriba en el hambre,
en el abandono y en la indigencia;
menos en tus basureros clandestinos.
Apareces de pronto, a golpe de oraciones.
Te veo germinar como un remanso
para el largo cansancio de estos tiempos
y no vienes gastada, repetida ni aburrida.
Te revelas, mas no en letras
y para mi asombro sin distingo de idioma.
Te puedo escribir en el rechazo
a la pobreza del cuerpo y del alma,
en el alto a la violencia y a la tala de tus árboles.
Te escribo en la vida, la libertad y el respeto.
Te trazo en la dignidad, la valentía y el trabajo.
En tu nombre caminan niños, jóvenes y ancianos
sostenidos por voluntad y amor de hombres y mujeres.
Me maravillo, no sólo te escribo, te vivo.
Silvia E. Pérez Cruz
2do lugar Certamen Secretaría de la Paz Guatemala
Diciembre, 2007
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